"Hay que imaginarse un cincuentón decepcionado por serlo tanto y tan pronto, domiciliado en las afueras de Nagasaki, en una casita de un barrio con calles vertiginosas. Y ver esas serpientes de blando asfalto que reptan hacia la cima de los montes, donde una muralla de caóticos y torcidos bambúes detiene el hervidero urbano de tejados, terrados, techados y sabe Dios qué más.Ahí es dónde vivo. ¿Quién soy? Sin querer exagerar, un don nadie. Me aferro a costumbres de soltero que me sirven de parapeto y para decirme que, en el fondo, no tengo mucho que reprocharme."
Shimura lleva una vida solitaria y metódica que transcurre entre el trabajo y su casa, un microcosmos de orden y pulcritud a las afueras de Nagasaki. Pero un día cree percibir ciertos cambios en la organización impoluta de su hogar: un yogur que desaparece de la nevera, el zumo de naranja que se evapora, la tetera fuera de su lugar . No parece obra de un ladrón, pues todos los objetos de valor siguen en su sitio. ¿De qué se trata? ¿Un fantasma? ¿Una alucinación de su mente?
Esta historia te sorprenderá y atrapará. Vale la pena leerla. Puedes pedir prestado un ejemplar en la Biblioteca del centro. Léela y reúnete con nosotros a comentarla en un desayuno-coloquio que tendrá lugar el día 22 de marzo a las 11:10 en el Salón de Actos. ¡Anímate! ¡Te esperamos!
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